“La quintaesencia del sistema se está agrupando porque Trump es una amenaza”: Reinaldo Taladrid
¿Qué estamos viendo en pugna? Dos proyectos distintos de cómo administrar, manejar y dirigir el imperio desde dentro. Foto: Jesús Cadenas
3 de noviembre de 2024 Hora: 09:40
La carrera por el poder en la Casa Blanca es uno de los acontecimientos más observados desde la política global. Todas las naciones se ven afectadas por la administración que se ostenta en Washington y sin duda, los Estados ajustan sus estrategias diplomáticas de acuerdo al perfil de quien logre alcanzar la presidencia.
Donald Trump, multimillonario y polémica figura mediática, con poca experiencia en la política, aunque ya fue presidente por cuatro años, enfrenta a la actual vicepresidenta Kamala Harris, que representa a las convencionales clases dirigentes del imperio norteamericano. Aunque Trump es un ferviente símbolo del ser capitalista, es visto como un hombre antisistema, a Harris se le percibe como la mujer que puede salvar la “democracia a la americana”. Los estadounidenses se hayan ante una paradoja que podría cambiar por completo el curso de su historia.
En entrevista exclusiva para teleSUR, el reconocido periodista cubano y analista internacional, Reinaldo Taladrid Herrero, hace un seguimiento exhaustivo de la potencia hegemónica en diversos ámbitos, concentra su análisis en las repercusiones de estos próximos comicios y en la evolución que actualmente se desarrolla en los Estados Unidos a nivel social y político.
¿Cuáles son los principales factores a considerar en estas elecciones?
Lo primero es que esta es una elección atípica en todos los sentidos. Se ha producido (esto es un proceso que lleva decenios andando), una erosión de la confianza, la aprobación de la población en sus instituciones, como el congreso, los grandes medios.
¿Nos profundiza un poco más?
Cuando se le pregunta a la gente si aprueba o desaprueba la labor del congreso, la cifra en los últimos 10 años no subía de 20 a poco más del 20 por ciento. Un alto porcentaje de rechazo. Los grandes medios de comunicación también se han ido desconectando de sectores importantes de la población por distintas causas, distintos factores.
La confianza, la aprobación de los políticos tradicionales también se ha ido erosionando mucho. Y este es un proceso que empezó en el 2016, donde surgió una alternativa anti establishment (vamos a usar esa palabra metodológicamente), por la llamada izquierda en la política norteamericana, que fue el senador Bernie Sanders que se autocalificaba de socialista; cosa impensable en la política norteamericana, aspirando a la presidencia. Y al mismo tiempo salió una alternativa por la derecha, Donald Trump, hombre de un programa de televisión, un hombre rico, millonario.
En ambos casos surgían como alternativas al status quo, a como está organizado todo. La primaria de Bernie Sanders contra Hillary Clinton en el 2016 fue bastante cerrada. Sanders sacó millones de votos (hay quien dice que no hay evidencia, no hay pruebas), pero hay algunos que aseguran que el aparato del partido demócrata evitó que Bernie Sanders ganara aquellas primarias o llegara a la convención en una posición de cuestionar la candidatura de Hillary Clinton.
Y después en las presidenciales se enfrentó Hillary Clinton, la candidata cien por ciento del establishment, del status quo, frente a Donald Trump, que para mucha gente significaba el hombre autohecho, millonario, ajeno a la política, ajeno al sistema, que iba a “drenar el pantano” como él mismo calificaba a Washington. Ocurrió, lo que sorprendió a casi todo el mundo, que ese Donald Trump, con todas sus vulnerabilidades y sus características, derrotó a la candidata del sistema.
Vinieron los cuatro años de Trump.
Ahí cambia algo, que ya él está al frente del pantano, como él llama a Washington, aunque dice que el establishment y el Estado profundo -términos que usa habitualmente Trump- no lo dejaron actuar, no lo dejaron drenar el pantano. Y regresa como candidato en el 2020 y viene aquella elección con Biden, la quintaesencia del sistema político de carrera.
Trump, el presidente que va a la elección. Vino el covid –la pandemia-. Hay quien dice que, si no hubiera sido por el covid, los resultados hubieran sido diferentes, pero eso es especulación. El hecho real es que Trump sacó 70 millones de votos, la segunda votación más grande de la historia de Estados Unidos, ya que Biden sacó la más alta de la historia de Estados Unidos.
Es decir, se movilizó mucha gente a votar, más que por Biden, contra Trump. Pero entonces viene cuatro años del gobierno de Biden, y vuelve Trump y arrasa en las primarias. En el Partido Republicano, prácticamente, no logra nadie oponerse y es –nuevamente- el candidato. Entonces, ¿qué tiene de atípica esta elección? Que se están agrupando alrededor de la figura de Kamala Harris republicanos, demócratas, independientes, empresarios, corporaciones, grandes medios.
O sea, la quintaesencia del sistema se está agrupando porque consideran que Trump es una amenaza a cómo funciona el sistema. ¿Qué estamos viendo en pugna? Dos proyectos distintos de cómo administrar, manejar y dirigir el imperio desde dentro. Nadie se está planteando eliminar el imperio ni cambiar el sistema político, sino cómo dirigirlo.
¿Republicanos con Harris?
Esto ha ocurrido muchas veces en la historia universal, dentro de muchos imperios que han tenido situaciones más o menos parecidas. Y por eso es una elección totalmente atípica lo que está ocurriendo, donde el exvicepresidente George W. Bush apoya a Kamala Harris, Dick Cheney y su hija, exrepresentante republicana también. Más, cerca de doscientos funcionarios de inteligencia, militares, políticos, economistas que son republicanos, que estuvieron en gobiernos republicanos, apoyan a Kamala Harris.
Más que apoyar a Kamala Harris, es evitar que Trump tome el poder que ellos han logrado introducir. El tema de que es una amenaza a la democracia norteamericana, que Trump sería un dictador, como él mismo ha dicho, que él sería un dictador el primer día, pero ya lo califican como una amenaza a la democracia, una amenaza a cómo funciona el sistema y, por tanto, es una elección atípica. No se sabe, no solo quién va a ganar, sino cómo va a reaccionar el que no gane, qué va a pasar. Pudiera haber pleitos legales, apelaciones.
Hay quien dice que puede haber violencia. Habrá que ver qué tipo de violencia. Estamos hablando de temas inéditos para la sociedad y la política estadounidense. Insisto que es una elección atípica y ahora te voy a agregar una sola cosa: justo o injusto, correcto o incorrecto, lo que pasa en esas elecciones tiene consecuencias para el resto del mundo, incluyéndonos a nosotros en América Latina. Por eso hay que seguirla, por eso hay que entenderla, por eso hay que estar informado, como hace TeleSUR en este caso, de qué sucede, porque está pasando algo, En este caso hay un verdadero enfrentamiento de fuerzas por el control de cómo manejar el imperio.
¿Qué protagonismo están teniendo los fake news y las operaciones cognitivas?
Vamos a empezar por el candidato republicano. Trump es una persona que el tema del uso de la mentira ya trasciende cualquier tipo de antecedente, en una campaña presidencial de cualquier tipo. Ya se hicieron listas de cantidad de mentiras, cantidad de cosas falsas que ha dicho el propio Trump. Y ya esto casi ni se hace porque es que se ha convertido en algo cotidiano, de cada tres cosas que diga una puede ser falsa, y qué sucede, que no ha tenido el impacto que se esperaba en su base de votantes.
El que se demuestre que dice mentiras, el que se demuestre que dice noticias falsas, no ha tenido el impacto negativo para Trump que se esperaba. Vamos a tomar un ejemplo reciente. Se dio la ofensa a Puerto Rico en el acto del Madison Square Garden por parte de un humorista de la campaña republicana. Trump dice que no lo conoce, que no sabe quién es.
¿Y qué hizo Trump inmediatamente? Decir que él ama a Puerto Rico y que él es el presidente que más hizo por Puerto Rico en toda la historia. Lo que pasa es que nadie le pregunta: ¿me puede poner ejemplos de qué hizo por Puerto Rico? Esa pregunta no aparece y, si apareciera, es difícil que tuviera una respuesta bien concreta. Ahí tienes un ejemplo de algo que se dice que no está respaldado en hecho.
Era un gran tema, pero como no ha tenido impacto en su base de votantes, quienes dicen ‘no me importa, sigo apoyándolo’. Las noticias falsas, ya no las de Trump, sino las que la campaña divulga, han tenido tremendo impacto.
Los estrategas demócratas, los grandes medios de comunicación están preocupados por el impacto que la avalancha de noticias falsas ha tenido y van a tener en los votantes. Están preocupados seriamente.
Noticias falsas de todo tipo, desde tremebundos personales, sociales, económicas, políticas, de todo tipo han divulgado noticias falsas. Nunca, creo, que se habían divulgado tantas. Y repito, la campaña demócrata (que yo no digo que no lo haga), usa menos esto y está muy preocupada del impacto que vaya a tener esto en la decisión de los votantes.
Porque en el mundo que vivimos, creo que, para mal, no creo que nunca sea para bien, mucha gente, o sectores no despreciables de gente, a veces se creen estas noticias falsas. Así que ha sido uno de los grandes protagonistas de esta campaña.
¿El tema del fraude podría marcar esta elección?
Va a ser central. La campaña de Donald Trump ya está lista y preparada para una batalla a partir del fraude. El martes, en cuanto cierren los colegios electorales, ellos van a declarar victoria, pase lo que pase, y si después los resultados de los colegios electorales no le dan la victoria, van a ir al tema del fraude.
¿Qué van a hacer?
No se sabe del todo, son planes bien ocultos algunos, pero hay un ejército de abogados preparados para poner pleitos legales en todos los estados y condados posibles, no en todos, sino donde hay interés en ponerlo. Va a haber apelaciones a todos los niveles, lo cual retrasa el proceso, y hay quien ha hablado del peligro real de que haya violencia.
Violencia puede ser verbal, física en algunos lugares, o incluso violencia de gente que tenga armas. No olviden que Estados Unidos es uno de los países que más armas per cápita tiene en el mundo, donde el uso de las armas de fuego es uno de los grandes problemas sociales, y es posible que esto ocurra, según algunos especialistas. Por tanto, el tema del fraude va a ser claro.
Ellos dicen que van a ganar el día de la votación, el martes, pero cuando se empieza a contar el voto previo, el voto enviado por correo, el voto anterior -como se dice-, entonces ellos dicen que si cambia es porque hubo fraude, porque el gobierno manejó todo eso.
Ya en la elección anterior hicieron todo esto, no es nada nuevo. Incluso una compañía que es la que fabrica las máquinas de votación, demandó a la campaña de Trump y ganó unos cuantos cientos de millones en esa demanda. Que ha costado bien caro a algunos, porque le acusaron nada más y nada menos de ser una compañía vinculada al gobierno de Venezuela, para vincular al gobierno de Venezuela al fraude, una cosa increíble.
Pero fue así, y la compañía ganó el pleito contra las afirmaciones que hicieron los ejecutivos de la campaña de Trump. Por tanto, el tema del fraude va a estar presente desde el mismo martes en todo el proceso electoral. Cuando las diferencias son tan estrechas, cualquier cosa tiene importancia. Que ocurran irregularidades no es nuevo. En las diferencias hay que verlo de otro lado. Pero al ser tan corta la diferencia, se convierte en un gran tema.
Gane quien gane… ¿cuál sería la diferencia para Nuestra América en caso de ser Trump o Harris?
Antes de hablarte de América Latina, no cabe duda que todo el planeta está siguiendo esta elección. Hay preocupaciones en Europa, en Asia, en distintos lugares sobre quién pueda ganar y las consecuencias que pueda traer eso. Te repito, para bien o para mal, es así.
En el caso de América Latina, ¿qué te puedo decir? No ha sido una prioridad de la campaña, no es un gran tema de la campaña, salvo el tema de la frontera con México y la migración, que es uno de los grandes temas de esta campaña. Pero es el tema de la entrada a Estados Unidos de la migración, eso es lo que se discute. Entonces, América Latina no es una prioridad para este equipo de Trump, por lo menos hasta ahora no lo ha sido.
Segundo, cuando esto pasa, hay peligro. ¿Por qué? Porque si llega el gobierno y no es una prioridad, se delegan esas políticas en personas de su entorno, de la campaña o que lo apoyaron, que sí tienen intereses, programas y prioridades con relación a América Latina.
¿Marco Rubio?, por ejemplo.
Pudiera ser uno. Jugó un papel importante en la primera administración Trump. El magnate lo favoreció como una especie de rector de la política hacia América Latina y no cabe duda que pudiera ser uno de ellos.
Se ha hablado de muchas cosas. Marco aspiró a ser candidato a vicepresidente con Trump. Se habla de un posible candidato a secretario de Estado si gana Trump. Pero, aunque no tenga un cargo no cabe duda que este es un ejemplo de que se delega hacia esas personas al no ser una prioridad, quizás para Trump las prioridades sean Ucrania, Medio Oriente, China y no América Latina. Hay que ver eso, porque estamos en una etapa inédita de la política en Estados Unidos.
Entonces ese es un peligro. Que no ocurran los clásicos análisis que se hacían a nivel de sistema, que no digo que arrojarán resultados buenos, pero por lo menos participaban especialistas, analistas, gente con experiencia. Puede que se singularicen más las decisiones y esto lleva a escenarios inciertos a veces por falta de conocimiento.
(Entrevista realizada por Ricardo Romero Romero)
Autor: Ricardo Romero Romero